Pedro Donangelo - 3 de Poco que decir
- Salado Sur Editorial
- hace 2 días
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Leyendo “Las nieves del Kilimanjaro”, de Hemingway
junto a los latidos del reloj
recuerdo la imagen en partes de un ciego a espaldas del mar brilloso.
Y no consigo
aproximar los bordes.
“El talento consiste en cómo vive uno la vida”. Y la otra
de Hemingway que subrayo para describirme:
“Cuando despertó, anochecía”.
De perros cabizbajos a otro tema
triste en el umbral,
tristísimo como los otros perros de una traílla del paseo matinal…
A la noche, la luz filtrada de origen desconocido
traza dos o tres líneas sobre la pared, al costado de la puerta,
antípoda de mi cabeza exhaustivamente reconocida
por el mosquito que la orbita.
Lo callado, en particular lo callado, siega el sueño.
Conversan mujeres en el piso de arriba.
Qué sucedió.
“El amor fugaz estalla los circuitos”.
Perceptibles unas palabras, este mosquito
desanima al curioso con impecable eficacia:
el sostenido zumbido y algunas dosis
de remordimiento.
Luz de Rembrandt
reflejo de tu cuerpo sometido a la luz que una lámpara esparce
en la pantalla del televisor apagado.
“reflejo de tu cuerpo”
y conjuro la rima:
tu cuerpo reflejado/apagado
porque no hablamos salvo lo imprescindible,
tumbados en una jaula de memorias,
contemplando
la opulencia de la luz.
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