top of page

Saladosur

Juan Jose Saer - 2 de El arte de narrar

LUCHA DE CLASES


La voz vendría a quedar, de esa manera, en suspenso. Y un trueno,

en su lugar, se dejaría oír, en la casa de la historia,

poniendo, como quien dice, un temblor,

hasta en los rincones más escondidos o más frágiles. Que la voz,

más bien, ininterrumpida, acompañe la explosión, la haga más que ruido,

dotándola de una dimensión de modestia, de error o soledad,

de modo tal que la finitud complete las estrellas codiciadas,

Y porque, también, pasado el estruendo, en silencio que,

por obra de alguna revisión pudiese, gélido, imperar,

esa voz finita y sin fin siga sola cintilando hacia el cielo,

de modo tal que ayude, en la noche eventual,

a romper, o a desplegarse más bien,

firme, y hasta una nueva noche, el amanecer.


DANTE


I/ EN MEMORIA DE BICE PORTINARI


Empujaste a un hombre a la locura. Una

mañana, caminando bajo el sol florentino

te vio destellar nítida, contra el tejido

de los sueños amargos de su última noche.

Inclinaste gentil

la grávida cabeza

y en la creciente de los años el ademán

tranquilo se incrustó como un diamante sobre el cielo

feroz y vago de sus días. Y en plena juventud,

después, moriste, casada con un hombre común

que te quería, desconociéndote. Oh, Bice

Portinari, así son las mañanas de este mundo:

despertamos de un sueño amargo

y andamos como fantasmas

hasta que recogemos, del sol de nuestras ciudades,

un núcleo de claridad, o más bien una joya

férrea que veneramos, gastada y turbia,

en algún sucio anochecer.


 
 
 

Komentāri


bottom of page