Cansado.
¡Si!
Cansado
de usar un solo bazo
dos labios
veinte dedos
no se cuantas palabras,
no se cuantos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.
Cansado.
¡Si!
Cansado
por carecer de anatemas
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.
Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.
Comments