Sol de presa, prisionero de mi cabeza,
Levántate sobre la colina, levántate sobre el bosque
El cielo es más bello que nunca.
Las libélulas de las uvas
Le dan formas precisas
Que disipo con un gesto.
Nubes del primer día,
Nube insensibles y que a nada autorizan.
Sus semillas se queman
En las hogueras de paja de mis miradas.
En fin, para cubrirme el alba
Será preciso que el cielo sea tan puro como la noche.
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