Alberto Cisneros - Apéndice del poema sobre Jonás y los desalienados
- Salado Sur Editorial
- 6 dic 2024
- 1 Min. de lectura
Para Ricardo Luna
Y hallándome en días tan difíciles decidí alimentar
a la ballena que entonces me albergaba:
tuve jornadas que excedían en mucho a las doce horas
y mis sueños fueron oficios rigurosos, mi fatiga
engordaba como el vientre de la ballena:
qué trabajo dar caza a los animales más robustos,
desplumarlo de todas sus escamas y una vez abiertos
arrancarles la hiel y el espinazo,
y mi casa engordaba.
(Fue la última vez que estuve duro: insulté a la ballena,
recogí mis escasas pertenencias para buscar
alguna habitación , y ya me aprestaba
a construir un periscopio
cuando en el techo vi hincharse como dos soles
sus pulmones
-iguales a los nuestros
pero estirados sobre el horizonte-, sus omóplatos
remaban contra todos los vientos,
y yo solo
con mi camisa azul marino en una gran pradera
donde podrían abalearme desde cualquier ventana: yo
el conejo,
y los perros veloces atrás, y ningún agujero).
Y hallándome en días tan difíciles
me acomode entre las zonas más blandas y apestosas de
la ballena.
Comments