fragmento arbitrario de la entrada 30 de diciembre de 1931
June quiere regresar a Nueva York para hacer algo, llegar a ser algo que a mí me guste, hacerse actriz, tener vestidos. Pero yo no le doy importancia a todo eso. Yo le digo: <<me gustas como eres>> Pero cada persona el infierno es algo diferente, cada uno tiene su propio infierno particular. Mi descenso al infierno es un descenso al nivel irracional de la existencia, donde los instintos y las ciegas emociones andan sueltos y donde se vive por puro impulso, pura fantasía y , por consiguiente, pura locura. No, no es el infierno. Cuando estoy allí tengo tan poca conciencia del dolor como un hombre borracho: o, mejor mi dolor es mi gran alegría. Solo al recuperar la consciencia siento un dolor indecible.
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