Golondrinas lentas
vuelan en un crepúsculo incoloro.
Nunca volveré a estar tan triste:
solo un poco más cansado,
hasta la última agonía.
No es vida la mía:
los moribundos a quienes oprime
un estertor en la garganta
¿también son viles?
Las golondrinas afanosas,
prisioneras del cielo,
te pueden enloquecer de monotonía.
Dentro, con el rugido de la sangre,
me sacude el cerebro
un deseo atroz de locura.
(21 de abril 1929) Oh, ¿cuándo volveré a encontrar una idea
para alzarme y amar otra vez la vida?
¿cuándo volverá a arder en el corazón
esta llama que ahora se está apagando?
¡Oh! si toda esa gloria que yo he soñado
debe terminar en esta oscuridad
¿por qué la pregusté y he sobrevivido?
(noviembre de 1924)
Comments