DOS NOTAS
Hierbas enhebra un arroyuelo.
Un largo torvo al cielo glauco ofende.
YA SIN PESO
a Ottone Rosai
Para un Dios que ría como un niño,
Tantos gritos de pájaros,
Tanta danza en las ramas,
Un alma perdió ya todo su peso,
Los prados tienen una ternura tal
Tal pudor en los ojos revive,
Las manos como hojas
Se encantan en el aire...
¿Quién teme ya, quién juzga?
CON FUEGO
Con fuego de ojos un nostálgico lobo
Recorre la calma desnuda.
Sólo halla sombras del azul sobre el hielo.
Se funden serpientes fatuas y breves violetas.
Comments