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Saladosur

Jan de Jager - otros 3 de Relámpagos IV



Canto de los Andoumboulou nro. 55


-fragmento órfico-


La mañana de Carnaval eran

griegos en Brasil,

africanos con disfraz de

griegos. Dijo de sí misma

que

había nacido en una casa en el

cielo. Él dijo que había

nacido en la casa de al

lado... Estaban en el infierno.

En el Brasil eran

carnada de amor.

Regirse por la escucha es

lo que era el amor... Y

amar era oír sin

mirar. El sonido era

el sudario

de la amada... Vale decir,

dijo el exégeta, el amor en

el infierno era una voz, para hablarle

desde atrás, no poder

darse vuelta y mirar....No

era Grecia donde

estaban, ni era Benin... La mañana

de Carnaval un infierno inventado, cuerpos

bañados en luz de níspero, sería

canción y su título aún más

sería "Sonido y mortaja"

voz

envuelta en vendas

deshilachado

desliz






Inhumación

Cavamos el pozo

para sepultarlo.

Bajamos el cajón

y donde nunca antes

hubo aire libre

llegó volando

una mariposa.


Dudó como olfateando,

se posó en la madera barnizada

y después de un tenue

aplauso de alas

remontó vuelo otra vez.

Lo cubrimos de terrones húmedos

lo dejamos con los otros muertos

y nos fuimos


como quien deja un hijo

en el jardín de infantes.







El quebracho


Sueño que unos leños arden en rescoldo.

Se ven las brasas carcomiendo la base del tronco

de un árbol cercano.

Para apagarlo, para salvarlo,

le aplico arcilla roja en el ardor.


La arcilla apaga la brasa.

La brasa endurece, seca, agrieta la arcilla.



Nunca vi un quebracho vivo


En cambio me he cansado

de ver sus restos descuartizados,

su cadáver mutilado, incinerado,

la luz de su lumbre iluminando y caldeando

mis sueños y mis noches de amor.


Su gusto a brasa y a humo

en los asados.

Los jugos que curtieron

las suelas de los zapatos.


Los durmientes

sostén incorruptible bajo los rieles,


vigas bajo los techos,

sobre los lechos compartidos contigo.


de árboles

 
 
 

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