& vos sos el pianista, tu respiración,
tu leve tos, los suspiros de tu pelo
son las únicas notas que escucho. Juntos, estamos
desnudos en la oscuridad. Antes, yo merodeaba
por las calles pero todo ese ruido no significaba nada.
Mis amantes decían que me amaban, a veces a los gritos
porque yo hacía oídos sordos a su cacofonía emocional,
pero eso me hacía sentir sola, más allá del idioma
en que me hablaran. Sin saberlo,
buscaba esa música líquida que sos.
Ahora, ansío el movimiento de tus dedos,
las almendras traslúcidas de tus uñas que apenas se ven
a media luz. Entre función y función
doy vueltas por la entrada muerta de hambre
hasta que se apagan las luces.
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