30
Soy el escriba del Partido y de los documentos
desclasificados.
Escuchad los que no han podido hablar.
Con sangre de mongoles, de ucranios y de eslavos
suicidas
se alzaron las columnas de humo del triunfo vuestro.
De los campos de la horda salió el acero que permite
la victoria de los burgers, el relativismo y el ocio.
Antes del día D estuvieron los días Z del Frente Oriental.
Allá se amasó en sangre y pantanos nevados este día
hueco.
Con un viva Stalin en la boca se iban los muertos.
Habéis visto películas de la sangre y el miedo
pero poco supisteis del Frente Oriental.
Antes que la carnicería del Canal estuvieron
los millones de muertos del Frente Oriental.
Honor, camaradas de estiércol,
a los muertos del Frente Oriental.
Cada bocado y risa y zumbido de autopista
se lo debéis a los camaradas del Frente Oriental
42
Sí, el pensamiento es el centro del infierno.
Rey en una ciudad de color de bronce,
con costras de basura en las calles.
Multitud y tránsito de chatarra, urinarios podridos,
cementerios removidos, aullidos de despeñados.
“Soy el iluminado por la luz de las llagas
y mi energía proviene de la ciudad asfixiada
y de los estertores entre sábanas que nadie cambia”.
“Me han ungido el Partido, el Derecho Civil
y la voluntad de Baal, que destroza a los caídos”.
“La organización en torno el versículo primero”.
de CIERTA DUREZA EN LA SINTÁXIS (2008)
4
En los labios se gasta la palabra amor.
Los televisores repiten la palabra en silencio.
La civilización ha encontrado la eternidad.
Televisores y objetos metálicos, puertas y vidrieras.
Repiten la imagen de millones de labios que dicen amor.
Cantan los equipos de refrigeración, los pasos
en una escalera, un reloj, la caída de un vaso
descartable. En el silencio de Elba la mente imperial
ha hecho contactos cerebrales, dos, tres, cuatro.
Ha organizado la aritmética de una gesta.
9
“... y en el centro de la ira
está fuera de peligro.”
W. H. Auden
Tienen el poder abstracto grabado
en su lenguaje rápido.
Mas aquello es el poder,
y esto la difusa evocación de la cocina
en las que éramos rey.
En la lapa de las palabras estancadas
nuestro reino cabe,
con piel de cabra y con palo armado.
Ellos no disputan esta llave
que cuidamos con espanto,
pues nada abre.
Saqueada fue la ciencia
y el secreto destazado.
Las ocultas claves,
los nichos de la sabiduría, el jardín cerrado,
la relación entre el impulso íntimo y el álgebra divina
contada en mosaicos y catedrales;
el insistente círculo, las arquitecturas;
el que indicaba con dedo luminoso
los arcos en los que debíamos perdernos:
todo ello es vendimia pisoteada
y la cólera del rayo no destilan
nuestras gotas de sudor perdido
en el afán con que nos movemos
para lograr cambios de ideas,
mientras razonamos y cambiamos
nuestras ideas acerca de lo que debería cambiar.
Sucios beduinos, carne de derruido hospital. de MÁQUINA DE FARO (2006)
21-Mente de las cosas
Nos hemos detenido. La fuente es la tranquilidad del ego.
El murciélago cruza el cielo de cuerdas. Llama desde la taiga
el dueño de las notas. Golpean las gotas en una insondable
profundidad. Hombres, ¿para qué? Y el recuerdo, y las bagatelas
que lleváis en los bolsillos y en el entrecejo. Os he visto,
rumbosos o desposeídos; lejanos, pequeños en el inmenso
pantano o bordeando la inundación. O descubriendo el Punjab
o el Pacífico, atontados, sin calma ni entusiasmo, así como
el sabio observa su cuerpo como accidental y encuentra que resiste.
II
1-Lux aeterna
Si es de formas transitorias el espíritu, y si del halcón
debiéramos copiar el modo en que, por ejemplo,
se hunde ahora en el ciclo de las tempestades, blanco
plumaje cambiando a ocre, a pardo, a gris, a solferino,
la vista apartemos de la plana roca, del mellado brocal,
de la senda calcinada, del cielo, que es uno y trino,
dobleces que se revelan en corto tiempo, y del abismo
que no cede, del cuerpo cuyo filamento en la noche
incendia el pensamiento hasta la luz incandescente.
¿Qué? ¿Vamos a tientas? ¿No suena a nada el muerto?
No esperen saber. La razón acaba en cada uno. Y no
avanza de uno en otro, sino que reinicia su sistema
al alba, merma al anochecer, se extingue y, en la oscura
madrugada, recompone su cristal ante el insomne. de LA NADA (2003)
Comments