Amparo
La tierra oscura y blanda despide un olor dulzón. Un impulso súbito empuja su
cuerpo. Cae sobre los grumos espesos. Vuelve la cabeza. Apoya la mejilla sobre la
tierra. Hunde las manos. El cuerpo se distiende. Cierra los ojos. Una melodía
suave brota de los labios entreabiertos.
Nutriente
El invierno llega a su fin. Las ardillas han agotado sus reservas. Oscurece. Los ríos de
savia primaverales son cristales de azúcar. Ellas trepan rápidas por el tronco. Eligen
la rama más brillante. Con las pezuñas clavadas, lamen hasta la saciedad. Bajan
rápidas. Buscan refugio entre las raíces. Una junto a la otra. Solo se escucha el
silbido del viento.
Lenguaje
El chasquido de partículas de polvo que vuelan con la brisa. El fluir del agua en el
arroyo. Un entrechocar de piedras. El crujir de hojas secas al paso de las ardillas. El
rumor de las hojas de los árboles. El gruñir de los osos. El croar de los sapos. El
ulular de los búhos. El martilleo del pájaro carpintero. El silencio.
Hallazgo
Una muchedumbre de troncos le impide el paso. Lucha con ramas y hojas que le
rasguñan la cara. Persiste, pero tropieza con un límite. Busca un hueco donde
insertarse. Se abre paso entre las ramas. Avanza con cuidado. Más y más
adelante. Las hojas esconden pétalos de un amarillo vibrante, cerrados en flor.
Commentaires